Empanadas Hereditarias.



Hace dos semanas que ella dejo de ser ella. Su mano parece de otra persona. Me pregunto qué sueñan sus ojos cerrados. Seguramente una mezcla de memorias, una colección de anécdotas. La cocina de la casa de la calle Baunes, los chicos, los retos, No te acerques al horno que está caliente, los juegos, hacer empanadas, ayudar a hacer el repulgue en una verdadera línea de montaje fordista. Comer el relleno a cucharadas durante la preparación, lo justo y necesario para después quedar sin hambre en la cena.
Ese relleno de carne, aceitunas y mística. El resto de los ingredientes siempre fue un secreto para mí.
Ahora que pienso, quizás no esté soñando en nada de eso. Esos se parecen más a mis sueños. Son las cuatro menos cuarto de la mañana, hora de cambiarle el suero. O mejor dicho, hora de tocar el botoncito para que la enfermera venga a cambiarlo.
Años cocinando y llenando la panza de todos para que en sus últimos días, su comida sea un líquido transparente dentro de una bolsa de plástico. Qué injusticia.

Aquí estoy, a su lado. Ella en esa cama fría, con esas sábanas frías, esa luz fría. Como me gustaría estar en la cocina de Baunes. Pero no ahora, sino en aquel tiempo, calentita, junto a la mejor estufa que puede haber. No conozco otra estufa de la que salga olor a galletitas, tortas y claro está, también olor a empanadas.
Creo que es a causa de las empanadas que hoy estoy aquí.
Me siento culpable de pensarlo siquiera, pero en algún punto fueron las empanadas las que me hacían ir a visitarla tan seguido. Obvio que la charla, la compañía, formaban parte también, pero a la hora de tomar la decisión entre ir al Shopping, al cine, o de pic-nic al río versus ir a su casa, las empanadas cobraban una importancia.

Si se salva, quiero ser la primera en probarlas otra vez. Y si no, al menos quiero conocer su secreto. Quizás aquí a su lado, en su lecho, sea una oportunidad. Pensaran que soy una insensible. Están completamente equivocados. Una de las principales causas por las que quiero conocer el resto de los ingredientes con sus respectivas cantidades, es porque más que empanadas sería la receta de un antídoto para la soledad. Una garantía de que el día de mañana, mis hijos y mis nietos me vengan a visitar seguido. Los domingos se hacen más largos cuando sos una mujer mayor. Siendo hombre podés lavar el auto, con el partido de fondo. Pero a mí nunca me gusto el fútbol y nunca aprendí a manejar. Me bastó con intentar estacionar el Impala de mi tío. Tras treinta y ocho maniobras, desistí. El oficial a cargo entendió la situación. Todavía la gente era gente en esa época.

Carne, aceitunas, cebolla tenía seguro, morrón, tomate y a veces le ponía pasas de uva. Sal, pimienta, pimentón, comino y aceite de maíz. Porque me acuerdo de la vez que me mando a comprar y traje de oliva. Casi me mata. La nona tenía muchas recetas pero pocas pulgas. Como buena tana, los sentaba a todos a la mesa de un grito. Y cuidadito con que alguien se limpie la boca con el mantel. Todavía me acuerdo del ruido del cachetazo que se comió mi primo por eructar. Así fue que se le cayeron los primeros cuatro dientes de leche. Para mí que le ponía canela, no estoy segura, porque no me hace sentido que le ponga canela, más que empanadas serían un postre. Pero para mí que le ponía. Cinco y veinticinco.

¿Por qué recién ahora me acuerdo de preguntarle tantas cosas? Tuve años y años para hacerlo. Hasta hace poco era una vieja rompebolas, ahora es una fuente de sabiduría a punto de secarse. Si no fuera por este respirador, creo que ya se hubiera ido hace rato. ¿Esto para que servirá? ¿Qué es esa lucecita? ¿y ese ruido? ¿Dónde está el botoncito? Enfermera!, enfermera!? ¿Qué sucede?
No se, no se, estaba todo bien, y de repente…
Salga por favor.
Estaban trayendo el resucitador, llamando de emergencia al Dr. Gutiérrez y lo único que se me ocurrió decir antes de salir de la habitación fue: Canela, pregúntele si les pone Canela.




Fotomontaje: Natalia Dente.

5 comentários:

Luciana Cani disse...

Muito boa a história. Me lembrou que a minha vó tem um livrão antiiiigo onde ela anota todas as receitas. Um dia acho que vou querer saber exatamente como ela fazia cada coisa gostosa.
Adorei! bjs

Ana Laura disse...

Muy buena historia, me encanta lo de las recetas heredadas porque es muy común en mi familia, me hace sentir esas sensaciones de llamar a mi abuela o a mi mama para preguntarle como se hacia tal o cual torta. gracias por el momento.
Besos!

Paula Mariposa disse...

Y?!?!?!? pudo averiguar si le ponía canela!?!!!??!

pudo...?

...?

...

Anónimo disse...

Naty, mil gracias por el fotomotaje. me encanó. tambien muy bueno el site. felicitaciones. Juan. pd: me parecio ver alguna que otra modelo conocida. puede ser? juan.

Anónimo disse...

Buenìsimo... (decime que el de anteojos en la foto es Paul, que despuès resultò ser Marilyn Manson...)
la negra.